El cambio climático afecta ya a los dos tipos de vacaciones más populares en el mundo, el turismo de playa y el de deportes invernales.
Señala un estudio de la Organización Mundial de Turismo, que las playas han sufrido la erosión de tormentas intensas, mientras que las estaciones de esquí han tenido que hacer frente a la falta de nieve.
El informe, presentado en la XVII Asamblea General de la organización, que se celebra hasta el día 29 en la ciudad colombiana de Cartagena, indica que las playas han sufrido la erosión de tormentas intensas, así como la proliferación de algas y la infestación de medusas por la subida de la temperatura del mar.
Las estaciones de esquí han tenido que hacer frente a la falta de nieve y a una temporada más corta.
La OM
T señala que los efectos del cambio climático son muy negativos para el turismo, aunque irónicamente también pueden tener algunos aspectos beneficos.
Entre los últimos, el estudio menciona la ampliación de la temporada de verano en países septentrionales como Reino Unido, Canadá o Rusia, o la apertura de nuevos destinos turísticos en regiones polares, inaccesibles hasta ahora.
Entre las repercusiones inmediatas del calentamiento global figura la subida de las temperaturas máximas y el aumento de los días de calor en todo el mundo.
Por destinos, se podrán ver especialmente afectadas las pequeñas islas y las zonas costeras, lo que en el futuro puede dar lugar a que ciertos lugares como el archipiélago de las Maldivas, el centro histórico de Venencia o la parte baja de Manhattan desaparezcan del mapa, junto con la mayoría de las playas que existen en la actualidad.
Incluso los glaciares del Tibet en las cumbres del Himalaya podrían correr la misma suerte en 2100.
En Europa, donde existen más de 600 estaciones de esquí que generan más de 50 mil millones de euros al año, Austria, cuyo turismo de montaña representa el 4.5% del PIB, sufre una disminución de las precipitaciones de nieve.
Por ello, recurre cada vez más a los cañones de nieve artificial que son perjudiciales para el medio ambiente.
Según los científicos, con una subida de temperaturas de 2 grados, el norte de los Alpes afrontaría una pérdida de 40 días de nieve de los cinco meses actuales.
En Tanzania, las nieves del Kilimanjaro habrán desaparecido por completo para el año 2020.
Con la desertización, especialmente en África subsahariana, retrocede el hábitat de fauna y la flora silvestre, lo que confirma la disminución del número de leones, elefantes y rinocerontes en el continente y hace más difícil el turismo de safari.
Al mismo tiempo, el manto forestal desaparece rápidamente en el África tropical, así como en América del Sur y en el Asia.
Se calcula que el mundo ha perdido un 3% de su cubierta de selvas tropicales en los últimos tres años y que otros 13 millones de hectáreas, equivalentes al tamaño de Grecia, arden todos los años.
Si bien el cambio climático ya está en marcha y las emisiones de carbono que ya se encuentran en la atmósfera tardarían cien años en disiparse, no es demasiado tarde para actuar, pero los científicos apuntan a que una estabilización completa de la atmósfera requerirá una reducción del 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en el mundo.
El informe señala también que el turismo produce un 5%de las emisiones de dióxido de carbono mundiales, principalmente por el transporte.
La OMT advierte, no obstante, de que aunque la turística es una actividad relativamente limpia, las emisiones de CO2 que produce pueden aumentar un 152% de aquí al 2035, de la mano del crecimiento de los desplazamientos internacionales.
La OMT calcula que esos desplazamientos se duplicarán en los próximos 15 años hasta llegar a 1.600 millones de viajeros en 2020.
El transporte representa el 75% de las emisiones producidas por el turismo, el alojamiento un 21% y las actividades turísticas un 4 por ciento.
Con Información e imágenes de EFE
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